Despertar.
Soñé con un amanecer blanco, una casa amplia y luminosa.
Una mujer que dormía a mi lado se despertaba antes que yo y se levantaba, sólo veía su silueta y su pelo castaño desmechado hasta los hombros. No pude ver su rostro.
Sentí aroma a café. Ella estaba preparando el desayuno.
Me acerqué al ventanal, desde allí puede verse el mar y la arena pálida. Es un día claro. Son mis días luminosos. Soñé con mis días luminosos, con un futuro posible.
Soñé con mis días blancos, con mis días luminosos.
El sol no estaba tan arriba ni tan naranja sólo estaba asomándose sobre la línea del horizonte en el tercio inferior del cuadro, reflejándose en el mar.
La costa.
El silencio como grito.
El silencio como grito.
Gritando en silencio. Gritar en silencio.
Despertar.
La imperturbable quietud de tu cuerpo respirando junto al mío. Entre las sábanas.
Son mis días blancos.
una poesía de Débora Giammarini
2 comentarios:
Poesía llamativamente visual, obviamente, destinada a llevarla a imágenes, me alegra saber que las poesías aún siguen siendo posibles caminos hacia lo cinematográfico...Me encantaría ver el corto...Señorita Débora, me haría el favor de mostrármelo?...Viva el esfuerzo de algos, viva la búsqueda de recursos cuando por ser independientes no tranzamos con instituciones benefactoras de "todo" y compradoras de ideologías...
Saludos, muchacha...Y hay que tener ovarios para llevar adelante semejante odisea...Felicitaciones!...
hermoso, me encantó tu corto y esta poesía. lo publicaré en mi blog www.bitacorasexodiversa.blogspot.com espero que puedas contar nuevas historias en imágenes. un abrazo desde caracas
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